Creo que no he descansado en toda
la noche, pero me da la sensación de que llevo mil horas tumbada. Me duelen las
cervicales y los brazos, estoy como encogida. Aún no abro los ojos, la pereza
me inunda todas las mañanas. Quiero quedarme un rato más en mi cama. Además, mi
vejiga me está dando una tregua, pues por una vez no me despierto con unas
ganas tremendas de ir al baño.
Me fastidia dormir mal. Me duelen
los brazos bastante, quizás estaba en una mala postura, aunque he despertado
boca arriba, con lo que odio estar así, prefiero acurrucarme y coger mi
almohada. Desde lejos, me llega el rumor de los vecinos, hay varias voces que
parecen un murmullo, hay una que se parece a la de mi madre. La oigo así como borrosa, lejos.
Me duele la cabeza tambien. Va a
ser una mañana dura. Huele raro, noto el olor a cera quemada, pero hay un olor
químico en el aire, como a formol, viene de lejos y lo confundo con el de la
cera. No sé, las obras de este edificio son interminables, cuando no es ruido,
es polvo, cuando no, olores raros, que hartura.
Aún en la cama, sin moverme,
intento alargar un poco las piernas, que horror, como me pesan, como si hubiese
hecho 20 kilómetros. Tengo la sensación de que tengo los dedos de los pies
pegados y me cuesta mucho estirarme, pero lo pienso de nuevo y ayer no salí a
correr, debería estar fresca como una lechuga.
Inspiro fuerte, nada me quita la
pereza, ¿hoy es sábado? Si no es sábado, la alarma para ir al trabajo no ha
sonado. No me llega claridad a través de los párpados, pero por el ruido, no
parece temprano, quizás está nublado, o lloviendo.
Creo que ayer ya me dolía la
cabeza, por eso no salí a correr, a ver si ahora voy a tener migrañas. Mi
hermana dice que es terrible y que le duran varios días. Alguien llora lejos.
Qué pena. Otras voces susurran, intentan calmarla. Es increíble cómo se parece
la voz de esa mujer a mi madre. El ruido es muy lejano, pero a veces entre oigo
palabras: una tragedia, tan joven, no puede ser. Un pensamiento me cruza la
cabeza, rápido como un rayo. Me acuerdo del parking y de repente me da frío. Se
me eriza la piel desde la columna hasta los pezones. ¿Miedo? No me acuerdo
bien. Espera sí, bajé a recoger el coche a la misma hora de siempre, solo se
escuchaban mis pisadas y las llaves. ¿Por qué mi cabeza me hace recordar esa
escena tan cotidiana que repito a diario?
Huele a café, seguramente es en
la reunión que tienen montada los vecinos. Ahora que lo pienso, es muy raro, el
señor Andrés no acostumbra a tener muchas visitas. Esa mujer vuelve a llorar,
la escucho lejos, pero me inquieta. Viene a mi cabeza la puerta de mi coche, la
abrí y escuché ruido, me di la vuelta y alguien cerró la puerta del coche y me
golpeó la cabeza con algo duro y me caí al suelo. No, no fue así. Eso lo vi en
una película y como siempre, tiendo a mezclar cosas. Tenía ese recuerdo en mi
memoria, lejos, y lo confundí con ayer, cuando entré en el garaje y ya iba pensando
en que no iba a salir a correr. Espera, sí que quería salir a correr, ¿entonces
por qué no fui?
Me cuesta mucho recordar, todo
queda como lejos. Mi cabeza va a estallar, si no fuese por lo que me pesa el
cuerpo, iría a por un ibuprofeno ya. Como odio las pastillas, pero qué bien me
vendrían ahora. Vuelvo a respirar profundamente, pero me cuesta, es como si
estuviese encajonada en algún sitio, como viajar el metro en hora punta en un
vagón abarrotado, donde todos nos tocamos. Además, sigue oliendo raro y el olor
se me ha metido en la garganta. Antes lo notaba lejos, ahora parece que lo
tenga dentro. Que mal huele.
Vuelvo a oír a los vecinos,
murmullan, lloran, ahora hay varias personas llorando y vuelvo a escuchar a la
que tiene la voz como mi madre, esa señora lo está pasando fatal. Se me encoge
el estómago, no sé bien si por el olor insoportable o por los llantos de esa
mujer. Tengo que hacer algo, voy a poner música. Ni los brazos puedo mover,
¿dónde dejé el móvil? Visualizo en mi cabeza mi dispositivo, alguien lo tiene
en la mano y lo tira con fuerza al suelo haciéndolo reventar en mil pedazos. Se
me acelera la respiración, ¿por qué mi mente piensa esto? Tengo miedo.
Oigo el murmullo cada vez más
alto, ahora no lloran lejos, están como en la habitación de al lado. Mi cabeza
sigue doliéndome, pero en lugar de buscar recuerdos lejanos y mezclarlos,
vuelve al parking. Ese hombre desconocido me ha arrancado el bolso y rebusca en
él, ¿en qué película lo vi? Quiero levantarme y no puedo. Estoy muy asustada.
Quien se levanta es mi yo del parking, intenta huir, corre muchísimo, más que
cuando los sprints del entreno que pensaba hacer esa tarde. Pero realmente sigo
tumbada, no puedo abrir los ojos, no sé qué me pasa, creo que los tengo
abiertos, pero no veo nada, está todo en penumbra. Empiezo a llorar y también
llora mi yo que corre, porque la puerta no se abre y ese hombre ha ido tras
ella. Tras de mi. Quiero quitarme de la cabeza esa imagen que no es real,
¿verdad que no lo es?
Sigo llorando mientras la voz que
parece la de mi madre está hablando entrecortada. No está lejos, la oigo a mi
lado. Dice que por qué han tenido que arrebatarle a su hija. Alguien le dice
que salgan a tomar el aire. No puedo respirar bien. Tengo mucho miedo. Tengo
frío, tengo calor. La garganta seca de llorar, este olor terrible en mi
garganta. Escucho dos voces justo a mi lado, estoy muy asustada, quiero pedir
ayuda, hablan de alguien que ha matado a alguien dándole golpes en la cabeza,
creen que para robarle. Parece que se van, les escucho lejos hablando sobre una
chica. Algo de un parking.